Recomendaciones por casos de estreptococo en las escuelas

Debido a una serie de casos de Estreptococo Piógenes, la bacteria que produce faringitis aguda, la Dirección de Epidemiología de la Provincia envió un comunicado a las escuelas para alertar sobre los síntomas que presenta y las formas de evitar los contagios.
Este tipo de bacteria es la que causa el 30% de las anginas y aparece cada año a fines del invierno y en la primavera. Los niños son los más afectados por este germen, aunque los adultos también pueden padecerlo.
Causa, además, una gran variedad de infecciones leves y benignas en su gran mayoría, entre ellas la escarlatina, que se caracteriza por fiebre, dolor de garganta y sarpullido rojo en la piel.
El cuadro clínico se presenta con fiebre mayor a 38 grados y dolor de garganta. También puede asociarse a dolor de cabeza, ganglios del cuello aumentados de tamaño y dolorosos, náuseas o vómitos y diarrea. Generalmente aparece en ausencia de tos, secreción nasal acuosa y conjuntivitis.
No  está indicado el cierre de instituciones ante la detección de alumnos con infección por Estreptococo Piógenes.
De contagio por contacto directo con las secreciones nasales o de la garganta de personas infectadas, el germen se combate con antibiótico adecuado durante 10 días ininterrumpidos.
Luego de 24 horas de tratamiento y con mejoría clínica ya se pueden reintegrar a sus actividades.
Existe una forma más grave, la forma invasiva, que raramente sucede luego de una faringitis. La puerta de entrada de esta forma de infección suele ser la piel, por lo tanto existen factores de riesgo que lo hacen más frecuente: por ejemplo padecer varicela, infecciones de piel y partes blandas, infección de herida quirúrgica, infecciones virales previas y alguna condición subyacente relacionada con la inmunidad del paciente.
Como no existe vacuna para prevenir las infecciones que provoca este germen, la mejor manera de evitar su transmisión es con la consulta médica ante la presencia de alguno de los síntomas mencionados. Además, no concurrir a la escuela o al jardín hasta que el niño no presente fiebre. Y en caso de haber comenzado el tratamiento con antibióticos no podrá reintegrarse hasta que transcurran, al menos, 24 horas.
También, hay que lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón, sobre todo después de toser, estornudar y antes de comer. Mantener el calendario de vacunación al día y limpiar todos los días las superficies y objetos que se tocan a menudo.

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